Late


Tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar.
Los árboles marchitos.

Mi cuarto solitario.
Y los retratos viejos
y el libro sin cortar.

Chorrea la tristeza por los muebles
y por mi alma.

Quizá no tenga para mí Naturaleza
el pecho de cristal.

Y me duele la carne del corazón
y la carne del alma.

Y al hablar
se quedan mis palabras en el aire
como corchos sobre el agua.

Sólo por tus ojos
sufro yo este mal,
tristezas de antaño
y las que vendrán.

Tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar.

Federico García Lorca.

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