El tercio de tus latidos no son ni tuyos ni míos.



Olvidé que soy débil a ese tipo de sensaciones,de que aún vivo en el alma de una niña pequeña que se siente caer en lo profundo,sin saber donde luego se encuentra el final.
Como aquellas salidas que se cierran como ojos sin ventanas por donde respirar,sientes a lo lejos sus pasos  como relampagos al correr,como si quisiese deshacerse cada uno de los latidos de aquella vida sin caso que contar.



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