Ni aquí,ni allí.



Ahí estaba él,parado y mirando hacia arriba,con las manos en los bolsillos,indicando que en algún momento todo volvería a estar como antes.Tan sólo harían falta dos motivos y acciones para que todo se volviera a arreglar y poner todo en su sitio.Actitud y madurez.
Si quieres algo,tan sólo date la vuelta,pisa fuerte,y mírame.Pero mírame tan fijamente que me hagas saber que sí,que el perdón hace cura al daño que todo el tiempo cargado con él.Porque las lamentaciones no sirven de nada en las reglas de este juego sucio y estropeado.



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