Júrame que sí.

Lo había jurado.Habría estado segura de que nunca antes habría dado la vuelta hacia atrás sin antes haber obtenido la última respuesta a aquel gran enigma.Pero obtuviste un silencio repentino,y saboreaste la intranquilidad de mis ojos ante aquel drama.

Era un juego hecho a tu medida,pues cada paso,cada acto estaba estudiado para cada segundo en función de la manilla de aquel reloj que paraba la alarma de tu corazón.

Quien lo diría pero última gota colmó la paciencia y se hizo actor del propio teatro que teníamos allí montados.Sólo eramos tú y yo,y dos corazones descolgado de su habitáculo.
¿Qué deberíamos hacer ante tal actuación?...

Mi mente corría en  retroceso,como si confusa tratará de encontrar una salida de la que no era capaz llegar.Me sentía bloqueada de dudas
 ¿Acaso no es el mejor momento para estarlo?


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