Gracias por no haberme amado.
Gracias por marcharte, gracias por las largas noches de lágrimas, gracias por la crueldad de tus palabras, por tu insensibilidad, gracias por no ser lo que yo esperaba, por no ser el hombre que necesitaba.
Gracias porque no te importo dejarme sola, tan rota. Te agradezco, porque fue gracias a eso que reconocí el verdadero valor que hay en mí, mis enormes ganas de vivir, mi fuerza interna como mujer y como persona, gracias a tu partida descubrí que soy una mujer genuina, una mujer que merece amor, que merece mucho más de lo que tú podías dar.
Te agradezco de corazón por marcharte porque fue gracias a tu desamor que me convertí en la mujer que soy ahora, en esta mujer que se siente fuerte y vencedora.
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