Merece la pena

Y de repente aparece alguien que te tiende la mano en ese momento tan difícil. Por un momento, dudas de si dársela o no; el miedo es siempre el primer protagonista en tu historia. Comienzas a andar a pasos pequeños junto a él. Te atreves incluso a mirarlo; aunque con dudas te preguntas, ¿por qué? ¿porqué te agarra con tanta fuerza? ¿porqué dibuja sonrisas en tu rostro cada día? Te preguntas incierta ¿por qué le importa tanto tu felicidad? 

Entonces, decides quitarte esa venda, y reparar ese corazón que otros lastimaron. Darle la oportunidad a que otras personas te acompañen en ese duelo. Comprendes que cuidar de quiénes quieres se trata de eso; de protegerlos y estar ahí cuando nadie más está. Y que eso es lo que te mereces ahora mismo; porque llega un momento en tu vida en el que decides quedarte con quién convierte tus lágrimas en risas. Y eso merece la pena, y mucho.