Diciembre y no estás.

Me permito la debilidad de confesarte que han pasado nueve meses, y que te sigo recordando igual. Que ese veinticuatro de abril aún sigue presente en mi cabeza; y que sigue sacando la parte más triste y gris de mi corazón.  

¿Y qué quieres que te diga? Pero ya estamos en Diciembre y aún no he asimilado que no estás aquí. Y solo me sale hacer una cosa; declararme culpable,de extrañarte tanto como para volver a querer ver tu sonrisa y oír tu voz.

Así que cada noche, me he propuesto observarte de cerca junto a todas esas estrellas con las que te has propuesto iluminar el cielo. Porque no sabes lo bonita que estás, ahí en lo alto, cuando sonríes y me miras así, ser feliz en silencio.





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