She

Ella odia mirar esa niña desordenada y desencajada que hay en ella, y que tiene mucho por arreglar. Como quien juega al azar, a probado a jugar a coserlas, pero no se ha percatado de que esto no curará todas las heridas que toda una vida  le ha dejado marcado en forma de cicatriz sobre su piel. 

Ella se sienta frente al espejo, jugando a intentar reconocerse en el espejo, mientras se cubre con pinturas todos cicatrices en forma de lunares. 

Ella observa desde la ventana caer la noche, y cierra sus ojos jugando a imaginar que es una estrella fugaz que vuela lejos de la habitación en donde habitan sus miedos.





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